martes, 12 de marzo de 2019

Enfermedades Zoonóticas y su impacto en la salud pública.

Enfermedades Zoonóticas y su impacto en la salud pública.

El ser humano ha evolucionado a la par con las especies animales, llegando a domesticar algunas de ellas, pero no tantas como creemos -40-, y dentro de ese proceso de domesticación se ha creado un fuerte vínculo afectivo entre algunas especies animales, sobretodo mamíferos domésticos y el humano, que ha encontrado en ellas una fuente para depositar cariño, amor, insatisfacciones, entre muchos otros sentimientos. Por su parte, los animales especialmente gatos, perros, hámster, aves canoras entre muchos otros que dependen del hombre para encontrar su alimento, abrigo y bienestar.
No se sabe si para bien o para mal, estamos en una era que para el hombre es más fácil comunicarse con su mascota que con otro ser humano. Todo este proceso quizás se pueda catalogar como coevolución afectiva; no obstante, se presentan problemas de zoonosis que las personas no entienden ni comprenden, y los entes encargados de la salud pública no han formulado en su totalidad políticas efectivas para controlar los problemas sanitarios derivados de tal convivencia.
Los seres humanos asumen que un gato, una paloma, un perro, un cuy, un conejo, un hámster, una ave canora, se pueden tener como mascota en sus casas o en sus cuartos; se ha llegado a la moda esnobista de cuidar animales no domesticados como una boa, una iguana, una hicotea, una morrocoya o una tarántula. Actitud muy tierna y a veces irresponsable, si no se cumple con el manejo adecuado en el componente sanitario, alimenticio, nutricional y de sus necesidades reproductivas.
Sin embargo, más allá del trato brindado a la mascota, hay problemas ocultos que afectan la convivencia como son, los parásitos internos y externos, las bacterias, los virus, que se alojan en el animal donde cumplen un ciclo que luego continua en el ser humano cuando es infectado. También,  por el pelo, las plumas, las escamas de la piel, las heces y orina que dejan regadas en las casas que habitan y que contribuyen con alergias, especialmente en los niños y ancianos.
Ante este panorama tan desolador para el hombre y para cientos de razas de animales domésticos que el hombre ha formado, pero que morirían sin sus amos, queda la pregunta ¿Qué hacer?
Primero, es necesario y urgente que las Secretarías de Salud de cada municipio, levanten censos de las especies animales tenidas como mascotas y la población de cada especie. Segundo, realizar campañas concientizando a la personas de dicha problemática, pero no solo para alarmarlos; en cambio diseñar estrategias para capacitar los amos o dueños de mascotas sobre el manejo y cuidado. Para que tengan éxito se deben dividir dichas capacitaciones por dueños de los diferentes grupos zoológico así: mamíferos, aves, anfibios, reptiles y peces. Tercero, enfatizar sobre cada zoonosis o el cruce de enfermedades entre hombre- animal-hombre que sucede tanto en los hogares como en el espacio público.
Finalmente, y no menos importante, es que los dueños de mascotas entiendan que hoy los animales tienen el derecho de disfrutar de las cinco libertades: libres de hambre, sed y desnutrición; libres de miedo y angustia; libres para expresar su propio comportamiento; libres de dolor, lesiones o  enfermedades; y libres de incomodidad física o térmica.
Hecho por: Valentina Hernández , Camila Ochoa, María Isabella Orozco.


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